Los Olvidados revive la crudeza de Buñuel en teatro: máscaras, silencio y música original en funciones gratuitas de septiembre y octubre.
La película Los Olvidados de Luis Buñuel, considerada Patrimonio Mundial por la UNESCO desde 2003, es una de las obras más emblemáticas del cine mexicano. Su mirada sobre las infancias marginadas en la Ciudad de México marcó un antes y un después en la forma de narrar la crudeza social desde la pantalla grande.
Hoy, más de siete décadas después de su estreno, esta historia regresa en una versión teatral dirigida por Quy Lan Lachino y Asur Zágada, quienes trasladan la esencia del filme al escenario con un lenguaje propio: silencios, máscaras expresivas, una escenografía en constante transformación y una música que vibra con el caos urbano.
El poder del silencio y la máscara
A diferencia del cine, esta puesta en escena prescinde de diálogos. El cuerpo y el silencio son los principales lenguajes de los personajes. Con el uso de máscaras completas, los actores representan emociones intensas que trascienden las palabras, invitando al público a experimentar una conexión más profunda y visceral con la historia.
La directora lo explica de manera contundente: “Con las máscaras logramos que los personajes hablen desde el cuerpo y el silencio, conectando con las emociones más profundas de la audiencia. Queremos que los jóvenes se vean reflejados, no en la tragedia, sino en la resiliencia y la búsqueda de identidad”.

Una atmósfera sonora inmersiva
La música original compuesta por Félix Bailón Salgado, junto con paisajes sonoros inspirados en la Ciudad de México, envuelve al espectador en un ambiente cargado de tensión, caos y tragedia. Cada sonido refleja la crudeza de la mancha urbana y amplifica la soledad de los personajes.
Este diseño sonoro se convierte en un personaje más de la obra, acompañando cada gesto y cada silencio en un diálogo constante entre cuerpo y ciudad.
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Escenografía viva y transformadora
Otro de los elementos más potentes de esta puesta es la escenografía dinámica. Los propios actores construyen y desmantelan los espacios frente al público, recreando la precariedad de los barrios populares. Esta acción escénica no solo simboliza la fragilidad de la vida de los personajes, sino que también involucra a los espectadores en la creación del mundo en el que habitan.
La iluminación, diseñada por Patricia Gutiérrez Arriaga, refuerza la atmósfera cinematográfica de Buñuel, mientras que la utilería y el vestuario —realizados artesanalmente por el elenco— aportan una autenticidad que distingue a esta producción.
Un trabajo colaborativo y artesanal
La fuerza de Los Olvidados radica en su carácter colectivo. Cada elemento, desde las máscaras hasta la utilería, fue creado por el equipo artístico. Este proceso artesanal refleja el compromiso de todos los participantes con el proyecto y dota a la obra de un sello único.
Instituciones como la Secretaría de Cultura, IBERESCENA y el Centro Dramático de Michoacán (CEDRAM), junto con colectivos teatrales, respaldan esta producción que une esfuerzos de distintos rincones del país y del extranjero.
Vigencia de un relato necesario
Aunque la historia original de Buñuel fue filmada en 1950, su vigencia es indiscutible. La obra invita a reflexionar sobre la desigualdad social, la violencia y la invisibilidad de los niños marginados. Sin caer en discursos moralistas, el montaje pone el foco en la humanidad de los personajes y en su lucha por encontrar un lugar en el mundo.
Para las nuevas generaciones, Los Olvidados se convierte en un espejo de realidades que persisten en muchas ciudades. La obra no solo muestra la crudeza de la marginación, sino también la resiliencia y el deseo de pertenencia.
Un teatro gratuito y necesario
Uno de los grandes aciertos de esta producción es su carácter gratuito, que permite a jóvenes y comunidades acceder a una obra de alta calidad sin barreras económicas. Esto refuerza su misión social y cultural: acercar el arte a quienes más lo necesitan y generar un espacio de diálogo y reflexión.
Con una duración de 85 minutos y recomendada para mayores de 13 años, esta puesta en escena es una oportunidad para redescubrir un clásico desde un lenguaje innovador que mezcla crudeza y poesía.
Datos útiles
- Obra: Los Olvidados
- Dirección: Quy Lan Lachino y Asur Zágada
- Duración: 85 minutos
- Edad recomendada: Mayores de 13 años
- Entradas: Gratuitas
- Funciones en CDMX:
- Teatro Santa Fe: 19, 20 y 21 de septiembre, 18:00 h
- Teatro San Jerónimo “Independencia”: 14 y 15 de octubre, 17:00 h